La iluminación artificial nació de las diferentes necesidades que se fueron presentando en la sociedad tales como el aprovechamiento del tiempo, una mayor seguridad y más productividad en las actividades. A medida que pasó el tiempo otros beneficios se fueron encontrando a su uso de tal manera que su innovación se volvió una necesidad, esta innovación nos ha llevado de la bombilla incandescente a la fluorescente y posteriormente a la iluminación LED.
La iluminación con tecnología LED (en inglés 'light emitting diode', en español 'diodo emisor de luz') que se deriva del componente electrónico que emite luz infrarroja de baja intensidad, es la que va a la vanguardia en el impacto económico debido al consumo menor de energía, durabilidad y mantenimiento. De acuerdo a investigaciones realizadas en el Instituto Politécnico Renssealer, si se cambiaran las bombillas por iluminación LED el ahorro en un lapso de 10 años en energía eléctrica sería de 1,83 billones de dólares. También en algunos proyectos independientes se ha determinado que el costo de utilizar esta tecnología en el tema de alumbrado público podría llegar a representar un ahorro energético cercano al 85 %
En Lumikon, nos preocupamos por los proyectos, manejamos una amplia gamma de marcas con la intención de fortalecer su durabilidad. Los productos con tecnología de iluminación LED no se funden ni fallan, sino que a diferencia de las bombillas tradicionales se van desgastando con el tiempo, pudiendo llegar a durar 11 años con un uso diario de 12 horas al día. Si plantea desde el aspecto del mantenimiento, una bombilla fluorescente o incandescente maneja un promedio de 1.000 horas de vida mientras que las de LED están por las 60.000 horas, reduciendo así significativamente los costos de cambio y mantenimiento.
Un impacto ambiental de la iluminación LED proyectado se podría presentar, de acuerdo a las investigaciones anteriormente mencionadas del Instituto Politécnico Renssealer, sobre el ahorro energético en 10 años que permitiría prescindir alrededor de 200 plantas nucleares y el consumo de carbón se podría reducir aproximadamente en 150 millones de kilolitros. Actualmente el impacto ambiental positivo de la iluminación LED se presenta desde su producción, ya que el uso de sustancias como el plomo y el mercurio son nulas, su diseño en aluminio o chapa de acero permiten que se puedan reciclar.
Otra de las ventajas ambientales de las luminarias LED es que producen menos calor que las bombillas tradicionales, reduciendo así la emisión de C02 que busca evitar el incremento de concentración de GEI (gases efecto invernadero). Esta ventaja ha permitido usarlas en cultivos bajo techo ya que pueden ponerse más cerca de las plantas permitiendo que crezcan próximas en espacios reducidos. También hay que añadir que, gracias a la poca energía que necesita la iluminación LED para funcionar, esta se puede alimentar con energía solar, incrementando así el uso de energías limpias y renovables.